La Mallorquina es una parada obligada si eres amante de los buenos dulces. Inagurada en el siglo XVIII cuenta con un amplio abanico de delicatessen. El nombre del establecimiento proviene del origen balear del fundador: Juan Ripoll. Allí puso una tienda de pasteles principalmente ensaimadas con un salón interior para que los contertulios tomaran chocolate, café, cerveza, etc. Las ensaimadas mallorquinas fueron muy populares en aquella época, tomadas con chocolate.
Local íntimo y cosmopolita. Como indica su nombre, ubicado en la “puerta de al lado” del restaurante Asiana, que regenta Jaime Renedo. Nunca falta la música soul para esta cocina capaz de fusionar las mejores especialidades del sudeste asiático con la cocina peruana. Espectaculares cocktails, sochu-un, sake y pisco sour.