Es la playa del municipio situada más al sur y una de las más vírgenes. Detrás de la playa podemos encontrar una rica vegetación, con pinos, sabinas y matorrales. Las aguas son tranquilas y tiene poca profundidad, a 200 metros sólo cubre un metro y medio, por lo que se puede apreciar muy bien su fondo rocoso y cubierto de posidonia. El acceso a la playa es únicamente a pie, desde el faro del Cap Salines o desde la Colònia de Sant Jordi, por lo que la ocupación es baja.
Los 16 km. de longitud de la costa de l'Ametlla configuran uno de los paisajes más encantadores y vírgenes la Costa Mediterránea. Su perfil abrupto, con bellos acantilados van dando paso a toda una variedad de playas y calas, cada una con características diferentes, unas de arena fina y blanca, otras de pequeñas piedras, rodeadas de una vegetación típicamente mediterránea, donde los colores y aromas de la naturaleza y el mar toman preciosos matices.