La centenaria Gran Vía es una de las principales arterias de la ciudad y una de sus avenidas más emblemáticas. Su creación, entre 1910 y 1931, supuso el comienzo de la modernización de la ciudad con la construcción de los primeros rascacielos del país y la incursión de las corrientes arquitectónicas del momento procedentes de Estados Unidos.
Delicias en miniatura como el Potito (huevo, pata y trufa), el perrito caliente con pedigrí o las burbujas merengadas son la clave del éxito de este ya clásico de la capital. La originalidad es una constante tanto en los platos como en la carta, que nos arranca una sonrisa al leerla. Bocados apetitosos en miniatura, en un ambiente moderno e informal
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